La revolución del afeitado clásico: piel sana, cero residuos y ahorro real

Desde que era adolescente, mi rostro reaccionaba con rojez, picor y pequeños puntitos después de cada afeitado con esas máquinas de cartucho de 5 cuchillas.

Ya adulto mi problema se incrementó al nivel de que tuve que dejar crecerme la barba porque sobre todo en la zona del cuello se me hacía imposible afeitarme día sí o día no. Mi piel había dicho basta.

Probé geles “para piel sensible”, cremas perfumadas, y soluciones cosméticas, pero el problema persistía. Hasta que un día, casi por casualidad, cambié a una maquinilla clásica (bastante mala, por cierto), usé un buen jabón tradicional y la brocha, y descubrí que el ardor desapareció. Esa experiencia me hizo cuestionar todo lo que pensaba sobre el afeitado “moderno”.

Hoy quiero compartir contigo por qué el afeitado clásico no es solo una moda nostálgica, sino una opción superior para la piel (y para el planeta). Veremos las diferencias esenciales con las máquinas de usar y tirar, lo que esconden las bandas lubricantes sobre las cuchillas y cómo hacer una comparativa económica real.

Los jabones de afeitado no son simples espumas comerciales

Una de las grandes diferencias entre el afeitado clásico y el moderno está en el jabón de afeitar / crema + brocha frente a los geles o espumas de supermercado.

  • Los jabones de afeitar tradicionales están formulados para cuidar la piel: contienen aceites vegetales, mantecas, glicerina, aceites esenciales o extractos botánicos. Su función no es solo generar espuma, sino lubricar, proteger la piel durante el paso de la cuchilla, suavizar el vello y mantener la barrera cutánea.
  • En cambio, muchos geles o espumas comerciales priorizan la apariencia de espuma rápida, el marketing (olor, textura) y la sensación visual, a menudo usando ingredientes sintéticos, surfactantes agresivos y aditivos que pueden resecar o irritar la piel.

Cuando usas un jabón de afeitar de calidad con brocha, obtienes una espuma densa y acolchada que actúa como cojín, reduciendo la fricción entre la cuchilla y la piel y aportando hidratación adicional.

Qué hay detrás de las bandas lubricantes de las máquinas modernas

Encima de las cuchillas de muchas maquinillas modernas (cartuchos de varias hojas) existe una banda lubricante que pretende “deslizar mejor” y “proteger contra la irritación”. Pero esa banda no está exenta de químicos.

¿Qué compuestos suelen incluir?

Estas bandas lubricantes a menudo contienen:

  • Siliconas como dimeticona o polidimetilsiloxano.
  • Polietilenglicoles (PEGs) y derivados (PEG-7, PEG-12, etc.).
  • Plásticos o polímeros delgados como polietileno o polipropileno impregnados con lubricantes.
  • Alcoholes grasos, emolientes sintéticos o agentes humectantes (polioles).
  • En algunos casos, microesferas plásticas o compuestos derivados del petróleo.

Riesgos / críticas documentadas

  • Las siliconas como dimeticona son consideradas relativamente seguras en cosmética, pero tienden a formar una capa oclusiva que puede atrapar sudor o sebo, dificultando la respiración de la piel.
  • Los PEGs pueden estar contaminados con subproductos como 1,4-dioxano o óxidos de etileno, que son potencialmente cancerígenos si no se controlan bien en el proceso de fabricación.
  • Algunos usuarios reportan que esas bandas “lubricantes” provocan más irritaciones cuando la banda ya está gastada o desgastada, debido a que los aditivos se dispersan de manera no homogénea.
  • Si ya afeitarse es agresivo para la piel, pues imagínate lo que en ella causa meterse todas estas sustancias (y sí, las chicas tampoco escapan a ellas en su depilado tradicional).

Pd: Aunque no existen aún estudios clínicos precisos que investiguen cada banda lubricante en particular de las cuchillas, sí algunas App que analizan sus ingredientes cosméticos, alertan sobre la presencia de sustancias peligrosas según cada marca o modelo ¡Telita lo que sale en algunos casos!

Llegados hasta aquí, evidentemente, ahora entiendo por qué tuve que dejarme crecer la barba.

Comparativa económica estimada en euros

Pero si todo lo anterior no te era suficiente, aquí tienes una comparativa bastante real -en cuanto a cómo afecta a tu bolsillo una opción desechable versus una clásica- basada en nuestras preciosas máquinas monofilo Twig.

Escenario medio de usos y costes:

  • Maquinilla monofilo Twig: 60 € (una sola vez).
  • Recambios de doble filo: 5 € por lote de 100 cuchillas partidas.
  • Maquinilla moderna (cartucho): cada cabezal cuesta aproximadamente unos 6 €.
  • Frecuencia de afeitado: 1 día sí, 1 no (aproximadamente 15 afeitados al mes, 180 al año).
OPCIÓN COSTE INICIAL RECAMBIOS / CABEZALES AL AÑO COSTO TOTAL PRIMER AÑO COSTO TOTAL EN 5 AÑOS
Clásica 60 € 5 € para 100 cuchillas
(consume poco)
~ 60 € + 5 € = 65 € 60 € + (5 € × 5) = 85 €
Moderna (cartuchos) 0 € (maquinilla incluida) 6 € × (180 afeitados / cabezal) Si cada cabezal dura 1 mes ≈ 6 € × 12 = 72 € 72 € × 5 = 360 €

Conclusiones:

En este escenario, con la máquina clásica inviertes 60 € una sola vez y unos pocos euros más en recambios. En 5 años, podrías gastar unos 85 € en total.

Con la máquina moderna de cartuchos (suponiendo que cada cabezal dura un mes), el gasto podría llegar a 360 € en ese mismo período.

La diferencia es considerable, y aún más si los cartuchos duran menos o se reemplazan con más frecuencia (en caso de tener la barba muy dura).

Estamos a tiempo

El afeitado clásico demuestra que menos es más: menos plástico, menos químicos, menos gasto… y mucha más calidad.

Mientras las maquinillas modernas generan toneladas de residuos imposibles de reciclar (en Reino Unido se estima que 80 millones de maquinillas desechables terminan en vertederos cada año), una maquinilla metálica y sus cuchillas de acero son 100 % reciclables y pueden acompañarte toda la vida.

Piénsalo así: en solo cinco años, puedes ahorrar casi 400 € y reducir drásticamente tu huella ecológica, sin renunciar a un afeitado impecable.

Cambiar a un afeitado clásico es una elección que se nota en tu piel, en tu bolsillo y -sin duda- en nuestro medioambiente.

Mis básicos (los que uso o regalaría)

  1. Leaf Twig Razor — cabezal pequeño, preciso y amable con piel sensible.

  2. 100 cuchillas partidas (Shark) — económicas y reciclables; siempre tengo de repuesto.

  3. Pack afeitado monofilo — si empiezas de cero: maquinilla + cuchillas + brocha + jabón, todo coherente.

Si te pica la curiosidad, echa un vistazo a la categoría de afeitado clásico y ecológico: ahí están las herramientas que uso y recomiendo.

Por si quieres seguir tirando del hilo

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