Cientos de miles de cepillos de dientes fabricados 100% de plástico. Sus cerdas, sus mangos, sus envases. Todo es plástico y sus concebidos micro plásticos.
Cientos de miles cada año a la basura. A las incineradoras.
Los dentífricos: no solo con flúor sino con conservantes, colorantes y «detergentes» de dudosa calidad.
No nos gusta. Y como nos nos gusta apostamos por el bambú, por los bioplásticos; por los productos fabricados con caña de azúcar y/o con los derivados del aceite de ricino.
Y también por dentífricos sin flúor y en envases de vidrio o recargables.