Mujeres que lideran el cambio: cómo son y qué eligen las mujeres que sostienen a El Gramo Original
En estos casi 6 años al frente de El Gramo Original – Ecoshop, hay una realidad que se repite con una constancia preciosa: mi comunidad es mayoritariamente femenina (90%). Y no hablo solo de “clientas”. Hablo de mujeres que, en muchísimas casas, sostienen el bienestar físico, emocional y ambiental de sus familias.
Y lo más importante: no lo hacen desde el discurso, sino desde lo cotidiano.
Son ellas las que investigan, comparan, preguntan, vuelven a preguntar… y luego eligen: un desodorante en vidrio en lugar de un spray, un gel recargable en lugar de una botella más, una maquinilla metálica que dura años en lugar de “usar y tirar”. Decisiones pequeñas, sí. Pero con un impacto enorme cuando se repiten cada día.
Una mirada antropológica: por qué siguen siendo ellas
Si lo miramos con perspectiva (de la larga), hay algo que pesa: durante miles de años, en la mayoría de sociedades humanas, el rol femenino se vinculó al cuidado del hogar, la salud, la alimentación y la crianza. Esos patrones —transmitidos generación tras generación— se han incrustado en la cultura… y también en la identidad.
Aunque hoy aspiramos a una corresponsabilidad real (y necesaria), la práctica cotidiana va más lenta. Y ahí ocurre algo curioso (y muy significativo): cuando hay crisis o cambios —climáticos, económicos o sociales— muchas veces son las mujeres quienes se adaptan primero, reorganizan y empujan nuevas rutinas. No porque “tengan que hacerlo”, sino porque históricamente se les ha enseñado a observar, anticipar y cuidar.
La buena noticia es que ese legado, hoy, puede convertirse en motor de transformación… siempre que no se convierta en una carga invisible. Porque cuidar también implica cuidarse.

Cómo reconocerlas: el patrón que comparten (y que funciona)
Las mujeres que lideran el cambio en nuestra comunidad suelen coincidir en algo muy sencillo:
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Eligen fórmulas respetuosas (con la piel y con la salud).
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Huyen del plástico cuando existe alternativa real.
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Prefieren envases recargables o reutilizables.
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Buscan productos que resuelvan, no “cosas bonitas que se acumulan”.
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Y, sobre todo: consumen menos, pero mejor.
Eso no es perfección. Es dirección.
Los 10 esenciales que mejor representan este cambio (desde lo cotidiano)
En El Gramo Original, estos favoritos aparecen una y otra vez porque encajan con esa manera de vivir: cuidarse sin generar residuos absurdos. No son simples compras: son gestos diarios con criterio, sensibilidad y propósito.
Jabones líquidos recargables (base aceites, muy concentrados)
Suaves, vegetales y eficaces: limpian sin resecar y, al ser concentrados y recargables, reducen envases y transporte.
Desodorantes naturales para pieles sensibles (sin bicarbonato)
En crema, con ingredientes suaves y envase de vidrio reutilizable. Alta eficacia incluso con sudoración intensa, y sin sales de aluminio.
Crema facial Ultra Rich (vitaminas + bakuchiol)
Una crema rica en vitaminas C, B3 y E + bakuchiol, pensada para pieles secas o maduras que buscan nutrición, elasticidad y luminosidad (muy “de invierno”).
Sérum de 7 péptidos + 3 pesos de ácido hialurónico
Textura ligera, hidratación profunda y apoyo a la firmeza, apto para pieles sensibles (sin aceites esenciales).
Maquinilla reutilizable Leaf Shave (sin plástico)
Metálica, con cabezal giratorio y 3 cuchillas: un “basta ya” elegante al usar y tirar en depilación/afeitado corporal.
Jabón de afeitar “Steel Credo” (Areffa Soap)
Artesanal, base vegetal, enriquecido con karité: espuma cremosa y nutritiva, ideal para pieles sensibles.
Champú sólido de leche, avena y miel
Para cabellos secos o dañados: nutritivo, suave con el cuero cabelludo y con ese punto sensorial que hace que el hábito se sostenga en el tiempo.
Gel limpiador facial recargable (salvia + ácido hialurónico)
Con salvia española, aloe vera y prebióticos. En vidrio recargable con dosificador: rutina facial diaria sin sumar plásticos.
Mousse corporal de canela y vainilla
Manteca de karité + aceites vegetales: nutritiva, reparadora y muy cómoda (se transforma en aceite al contacto). Ideal para meses fríos.
Hidrolato floral (Geranio bio)
Ese gesto final tras la limpieza que equilibra, refresca y acompaña. Un producto ligado a un proyecto cercano (Girona) y con una lectura más “emocional” del autocuidado.
El cambio real no es heroico: es repetible
Si algo me enseñan estas mujeres es que liderar el cambio no siempre se nota desde fuera. A veces es tan simple como elegir un envase recargable. O como dejar de normalizar el plástico en el baño. O como comprar menos, con más criterio.
Si hoy te apetece empezar por un solo gesto (sin agobios), te propongo este:
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Elige un producto de tu rutina (ducha, desodorante, limpieza facial…).
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Cámbialo por una versión reutilizable/recargable.
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Y quédate ahí el tiempo que haga falta. Cuando ya sea “normal”, pasas al siguiente.
Porque esto va de construir hábitos. Y los hábitos, cuando son amables, duran.



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